GDPR son las siglas de General Data Protection Regulation, o lo que es lo mismo en nuestro idioma, Reglamento General de Protección de Datos, por lo que también se le conoce como RGPD.
Es el nuevo reglamento para toda Europa en materia de protección de datos y además de su significado en siglas tiene un significado mucho más importante: por fin hay un reglamento único para todos los países miembros de la Unión Europea en materia de protección de datos.
¿En qué se traduce la entrada en vigor del GDPR?
Esto significa que siguiendo las normas del GDPR empresas, cualquier empresa de la Unión Europea podrá trabajar en los países miembros sin necesidad de estar constantemente adaptándose a las diferentes normas de cada país.
Una vez realizado el esfuerzo de adaptarse a la GDPR, la empresa ya no tendrá que preocuparse por las diferentes normas que, hasta ahora, estaban vigentes en cada lugar.
Evidentemente, esto simplifica mucho el trabajo y también ofrece una mayor seguridad para los clientes de estas empresas que saben que sus datos siempre tendrán el mismo nivel de seguridad cuando la empresa es europea o trabaja en Europa.
También significa que los países deben de cambiar las leyes que hasta ahora estaban vigentes para adaptarlas al nuevo reglamento.
En España esto se traduce en la derogación de la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD) de 1999.
Desde el 6 de diciembre de 2018 rige la Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales, que cumple con el RGPD.
También significa que hay que aplicar el GDPR autónomos, por lo que los datos que manejan estos profesionales también estarán sujetos a una mayor protección.
Y, sobre todo, significa que tanto empresas como autónomos deben de adaptarse al nuevo reglamento ya que de lo contrario serán penalizados.
El control de los datos por parte de los ciudadanos
Para los ciudadanos este reglamento GDPR significa, sobre todo, recuperar el control sobre sus datos y poder ejercer sus derechos de una manera mucho más efectiva.
Para esto, se obliga a que para que una empresa pueda guardar los datos de los clientes o utilizarlos para publicidad, estos tengan que dar su conocimiento explícito.
Hasta ahora, cuando se proporcionaban los datos a una empresa a través de un formulario, por ejemplo, esta podía incluir estos datos en sus ficheros para enviar publicidad a través del e-mail o para realizar campañas a través del teléfono. Ahora, será necesario que ese cliente de su consentimiento explícito para que puedan hacerlo.