Internet ha cambiado mucho nuestras vidas, para bien y para mal. Es el caso del tratamiento de los datos personales, algo que muchas personas ni siquiera pensábamos que podía ir con nosotros hasta que hemos visto como nuestro correo electrónico se llenaba de mails no deseados o se recibían llamadas de teléfono para ofertas comerciales utilizando de forma abusiva datos que se habían proporcionado online para, por ejemplo, realizar una compra.
La nueva ley de protección de datos ha querido tener en cuenta los derechos digitales de las personas especialmente en este terreno, el del uso de los datos de carácter personal en las redes.
Nuestros derechos en Internet
Entre los derechos relacionados con nuestros datos y con Internet que figuran en esta ley destacamos:
-El derecho a la desconexión digital. Un derecho que muchos trabajadores llevaban tiempo exigiendo y que les permite, dentro de unas condiciones determinadas, no tener que estar todo el día conectados a Internet para contestar mails o mensajes de trabajo.
– El derecho al olvido. Contrariamente a lo que muchos creen, no estamos hablando de que se borre todo lo relacionado con nosotros que figure en Internet, sino a que elimine la conexión entre ciertas informaciones y nuestro nombre. Por ejemplo, si se teclea en Google el nombre de alguien que tuvo en su momento un altercado con la ley, se puede hacer que no aparezca la información que se refiere a dicho altercado, no obstante, si alguien busca la noticia del altercado aparecerá con el nombre de la persona si figuraba originalmente en ella.
– El derecho a rectificar datos. No siempre se trata de querer que los datos que se tienen sobre nosotros se borren, a veces solo se desea que se rectifiquen porque no son correctos. Ahora se puede ejercer este derecho y la empresa que reciba nuestra petición tendrá la obligación de realizar los cambios.
– El derecho a nombrar un albacea digital. Nuestros datos seguirán en las redes mucho tiempo después de que hayamos muerto a no ser que se haga alto específicamente destinado a evitarlo. Por ejemplo, ¿qué sucede con nuestras redes sociales cuando fallecemos? Ahora, gracias a esta ley, se puede nombrar un albacea para que sea el responsable de cumplir nuestra voluntad al respecto.
Estos derechos pueden tener determinados límites legales que vienen dados por otros derechos, como el derecho a la información o por causas de interés general, por poner solo algunos ejemplos.